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...Y un dia más
Entre la mísera claridad, agarró cuidadosamente la taza, derramó el café hirviendo y una vez más sorbió dejando la huella de sus gruesos labios en la taza.
Las gotas de café aclaraban su delicada voz, pero no eran los tragos de siempre, las gotas de siempre, el sabor de siempre....
El segundo sorbo fue más sabroso, pero delicado....el tercero más dulce, pero irritante; el cuarto más desafiante... y en el último sorbo, las gotas efímeras, agrias y fatídicas, viajaron lentamente haciéndose dueñas de su cuerpo. Con debilidad, despegó sus finos dedos de la taza, y en un intento de levantase como siempre, se desvaneció, sus ojos se cerraron....
14 de febrero....
Una llamada, poemas, olores, letras....es lo que conserva desde que ella decidió marcharse para olvidarlo todo. Cuatro años después, sigue sentado, mimando y dando carlor a lo que más aprecia en su vida, lo que para cualquiera son simples objetos insignificantes, para él era una reliquia a la que visita todos los días. Como ayer, son las cuatro de la tarde, el reloj del comedor rompe el silencio con el suave movimiento de las agujas que parecen querer decir algo....él sigue inmóvil frente a su reliquia, la mira fijamente, apenas pestañea, apenas piensa, apenas siente....tan sólo observa el contorno de los objetos, su color, su textura, su sombra.... nada ha cambiado desde la última vez, siguen allí, intercambiando miradas, en la misma posición, en el mismo lugar, en el mismo rincón. Siguen allí, guardando miles de recuerdos olvidados, desprendiendo el olor de siempre, el olor de la amarga soledad, el olor de la nostalgia, de los errores, de las batallas, ese olor tan frío y delicado, ese olor a sus cabellos dorados, ese olor a esa piel, suave, placentera.... ese olor a cuentos, sueños, hadas, princesas....ese olor a ella...
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A ningún lugar...
Se mecía suavemente, mirando a ningún lado, hablando en silencio, pensando en cómo salir de allí.... acariciaba el cristal delicadamente con sus rosadas y envejecidas manos.
Cerró los ojos, sus manos habían recuperado su firmeza, miró en el cristal y allí apareció ella, una joven con un sedoso vestido blanco, agitaba sus alas cuidadosamente a la vez que acariciaba el cristal.De pronto sintió un escalofrío, miró sus manos, estaban húmedas, gélidas... agitó sus alas con gran impulso esta vez, despegó sus pies del suelo, se meció rápidamente esta vez, y, sin darse cuentra empredió el vuelo a ningún lugar, a cualquier rincón, y dejándose llevar , sin fuerzas, sin aliento, desapareció....
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mIrad@s
El manto oscuro cubría toda la ciudad, las estrellas brillaban tímidamente, y, entre el tambaleo de las nubes, alguien intentaba asomarse y mostrar su rostro, conseguí verlo por unos segundos pero no conseguía reconocerlo, solo sé que aquella noche esa parte del cielo brillaba más que de costumbre...era una luz suave, tenue, cálida...
Desistí y cerré lentamente la ventana y, cuando al fin desvié la mirada hacia la habitación, sentí que la luz parpadeaba con mayor intensidad, miré hacia atrás y logré verlo, fueron tan solo unos segundos, pero aún tengo grabada aquella imagen, aquella luz que no consigo olvidar... aquella mirada mustía , solitaria, afligida, deslumbrante...
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